El consumidor es el acreedor más débil cuando se produce una insolvencia. Recuperar el dinero supone ponerse a la cola en complejos procesos judiciales. Muchos no llegan a cobrar nunca.
7.799 empresas se
dispusieron a acudir al concurso de acreedores, finalmente 22.568 compañías se
disolvieron, un 39 % más que en 2008.
Siendo perfectamente
conscientes de la crisis que sufre nuestro país, es normal que no nos sorprenda
el crecimiento de las cifras de empresas embargadas. Al principio eso era alarmante
y parecía ser uno de los muchos problemas derivados por la crisis, ¿los afectados? Empresas, compañías,
trabajadores, acreedores, clientes, etc.
Ahora lo alarmante no
es la desaparición de esas empresas sino todo lo que ello conlleva. ¿Qué sucede
cuando el cliente ha realizado una compra dos días antes del cierre de la
compañía? ¿Qué supone para la empresa, para la fusión de varias compañías, para
los capitalistas, para toda la escala de trabajadores el cierre de la empresa?
Lo que les espera es un largo periodo de tiempo dedicado a demandas y un
complejo proceso judicial que seguramente se alargue a varios años de espera.
Cristina Delgado, escritora
del País, dedica dos hojas al artículo periodístico, la escritora habla sobre
un caso particular de los estudiantes de Historia de la Universidad de Murcia;
pero son muchos los que se encuentran en situaciones similares.
Estos 27 estudiantes
pagaron 715 euros por un viaje, un crucero durante una semana por las Islas
Griegas. La empresa en cambio afirma haber recibido solo 100 euros de cada uno,
además de presentarse en concurso de acreedores con enormes deudas.
“¿Qué suceden con los
servicios ya contratados que se quedan en el aire?”, cuando el servicio
contratado es un producto físico, en muchos casos se encuentra alguna solución.
Aun así ese producto está en garantía y deberá asumirla el fabricante del
producto, aunque éste esté en quiebra.
La cosa se complica
cuando el servicio contratado no es un producto físico, sino “una semana de
crucero”, aquí el servicio está pagado y no se ha disfrutado.
Consejos
para los perjudicados:
Si la empresa ha quebrado o se ha declarado al concurso de acreedores, y ésta es de servicios, recopile toda la información que justifique su reclamación: recibos de pago, correos electrónicos, recibos de pago con tarjeta.
Esperemos que los sujetos interesados pueda proponer nuevos consejos para el problema que se nos plantea.
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